Introducción
La Medicina Familiar y Comunitaria constituye una apuesta que aborda el proceso salud-enfermedad-atención desde una perspectiva biopsicosocial, un modelo que surge con más fuerza las últimas décadas del siglo XX.1 Su propósito ha sido superar las limitaciones del clásico modelo biomédico anatomopatológico, centrado en la causalidad lineal y derivado del paradigma positivista-reduccionista, en el cual se ha basado el pensamiento científico dominante. Si rastreamos esta manera de comprender la realidad llegamos a la herencia de la cultura Greco-Romana, que impulsó una visión de entender los fenómenos humanos y sus interacciones, con una separación entre lo material y lo inmaterial, siendo la ciencia la que posteriormente se encargaría de estudiar los fenómenos materiales, dejando a las religiones el campo de lo “inmaterial”, calificado como no científico. También debemos mencionar la influencia de Descartes y Bacon, considerados padres de la ciencia moderna, que aportaron con las bases del positivismo/empirismo al intentar comprender la realidad separando sus elementos en partes aisladas, basándose en la experiencia sensorial y la medición.

El enfoque biopsicosocial, propio de la Medicina Familiar y Comunitaria, ha intentado superar las limitaciones del positivismo/empirismo a través de los aportes de la mirada sistémica y ecológica, que buscan el análisis de las partes en interacción de un modo multidimensional. Así, la salud dependería de aspectos neuro-inmuno-bioquímicos, emocionales, relacionales, ecológicos y socioculturales. Estos factores estarían interrelacionados, constituyendo un fenómeno complejo que es construido psicológica y culturalmente por los seres humanos. Otras disciplinas como la psicología, antropología o sociología nutren y apoyan la forma en que la Medicina Familiar y Comunitaria pretende desempeñarse pero, no obstante, el sentido común nos dice que en la sociedad y los sistemas de salud persiste la predominancia del modelo biomédico, el cual opera desde un pensamiento y discurso hegemónico dominante basado en el positivismo/empirismo, la lógica de la enfermedad y el hospitalocentrismo. Así, si pretendemos aplicarlo a la incorporación de la dimensión espiritual corremos el riesgo de un reduccionismo que puede tentar hacia la instrumentalización de la espiritualidad, o bien abordar el tema desde una actitud supracultural, teorizando sobre esta dimensión y convirtiendo la práctica en hegemonía.2 Esta es la razón por la cual debemos explicitar cuidadosamente el enfoque filosófico y epistemológico a utilizar si pretendemos incorporar la dimensión espiritual en nuestros marcos de referencia para la práctica de la Medicina Familiar y Comunitaria.

Enfoque filosófico/epistemológico
En los últimos años se habla de un enfoque biopsicosocial-espiritual en salud,3,4particularmente en medicina paliativa, geriatría y medicina familiar. La literatura en salud al respecto se desarrolla exponencialmente, y ya contamos con un contingente sólido en qué basarnos. El enfoque utilizado actualmente para considerar la espiritualidad en salud no es religioso o metafísico de entrada, sino que es centrado en la persona,5 es decir, humanista. Es la persona y su familia quienes deciden desde su cosmovisión, autonomía y valores. Es desde allí que quienes somos profesionales debemos comenzar el trabajo. Esto requiere una plataforma epistemológica intercultural, capaz de moverse cómodamente ante diversas cosmovisiones, filosofías, religiones y/o prácticas de cuidado espiritual de la salud. Pero además requiere ser pluralista, admitiendo varias interpretaciones válidas y respetables de un mismo fenómeno. La espiritualidad como experiencia apunta hacia este fenómeno único, profundo, misterioso, esencial y transversal que es compartido más allá de las interpretaciones culturales, es decir, trascendente. Sin esta característica vivencial o fenomenológica, la espiritualidad permanece en el territorio racional de la creencia y la construcción social. Esta cualidad experiencial, afirmada por todas las grandes tradiciones espirituales de la humanidad, recogida por la filosofía perenne, actualizada hoy por la visión humanista-transpersonal, y sustentada por una emergente epistemología integral,6 es una invitación a un abrazo amoroso e integrador, más allá de las diferencias. La interacción, entonces, entre espiritualidad y cultura esunidad-en-la-diversidad.

Esto plantea importantes desafíos a la persona profesional de la salud, pues requerimos tres actitudes: (1) trabajar por una saludable relación de autocuidado con la propia espiritualidad y, en particular, con nuestras sombras o debilidades, en el sentido de ser conscientes de nuestra biografía, creencias y cultura, como una forma de abrir la mente, reducir los sesgos y fortalecer nuestra conexión y afectividad con quienes cuidamos; esto nos lleva a (2) una actitud positiva y amorosa, centrada en los recursos, capacidades y potenciales salutogénicos presentes en los seres humanos, y compasiva al abordar el dolor y el error, inherentes a la existencia que nos supera en complejidad, fomentando las redes de vínculos afectivos; que nos alientan a (3) trabajar por una aproximación trans-disciplinaria frente al fenómeno complejo de la salud y la espiritualidad, es decir, mantener un diálogo respetuoso y humilde con otras disciplinas profesionales y no profesionales que ostentan un saber de carácter espiritual.

Lo anterior no nos exime de perseguir una actitud de pensamiento crítico y científico, es decir, mantener nuestro conocimiento actualizado, recoger los aportes de la evidencia, así como buscar la validez en el conocimiento que sustentan nuestras teorías y prácticas.

Qué es la Espiritualidad
Es fundamental precisar el significado de la espiritualidad, pues suele confundirse con religión, esoterismo o chamanismo. Un consenso en medicina paliativa liderado por Puchalski7 define que la espiritualidad es: “Aspecto de la humanidad referida a la manera en que los individuos buscan y expresan el sentido y el propósito y la forma en que ellos experimentan conexión con el momento, el yo, los otros, la naturaleza y el significado o lo sagrado.” Esta definición incluye dos aspectos, uno cognitivo o simbólico y otro afectivo o experiencial. Para Anandarajah8, este significado se puede buscar no sólo en la religión, como se piensa más comúnmente, sino también en la música, el arte, la naturaleza o incluso los valores y principios personales, o el cuestionamiento de la verdad científica. Por lo tanto, la espiritualidad difiere de la fe o de la religión. Para Koenig9, la religión es un sistema organizado de creencias, prácticas y simbolismo que catalizan la aproximación de la persona con el sagrado. La religiosidad es la manera que una persona experimenta su fe o religión como matrices de la visión de mundo de una persona, y que pueden o no integrar su dimensión espiritual. La espiritualidad, entonces, es una dimensión profunda que subyace -o trasciende- a diversas formas de religión, cosmovisión, ideología, creencias y formas de expresión cultural, con las cuales se relaciona para ser comunicada y representada simbólicamente.

Justificación
La literatura científica respalda la incorporación del abordaje de la espiritualidad y religiosidad de la persona en el cuidado en salud. Hay muchas evidencias de asociación entre las creencias y prácticas religiosas o espirituales con buena evolución de cuadros de salud mental (depresión, suicidio, dependencia química), calidad de vida (adultos mayores, enfermedades crónicas, portadores de cáncer y personas en cuidados paliativos), control de la presión arterial, reducción del riesgo de mortalidad cardiovascular y reducción de mortalidad general.9 Esas asociaciones se presentan tanto de modo positivo como negativo sobre la salud y el enfrentamiento del proceso de enfermedad (denominado estilo de afrontamiento o coping religioso-espiritual). Algunas veces las prácticas y decisiones en salud que se basan en creencias religiosas o espirituales atentan contra la vida y el respeto entre los seres humanos, lo cual requiere de un abordaje ético.

El trabajo con la dimensión espiritual busca comprender la persona como un todo, a partir de los sentimientos, ideas y valores religiosos o espirituales que puedan impactar de modo positivo o negativo sobre el cuidado clínico. En esa práctica, el profesional debe tener el cuidado de no discutir creencias personales, principios de la filosofía o de la religión, sino más bien evaluar la importancia del dominio espiritual o religioso sobre la vida y las opciones de la persona respecto a su salud.

A pesar de la creciente evidencia sobre el impacto del abordaje de la espiritualidad y religiosidad en la práctica clínica, esa postura profesional se muestra como un desafío actual. Las investigaciones señalan que los profesionales afirman tener poco conocimiento científico y práctico del tema y temen, por diversas razones, entrar en este territorio.10 Existe reticencia, que se ve perpetuada por la posible interferencia de los valores personales del profesional. Esto constituye un desafío no sólo profesional, en cuanto a perfeccionar y ampliar nuestros modos de cuidar, sino además uno de carácter personal, que implica crecer como ser humano e incorporar aquella subjetividad necesaria para establecer relaciones vinculares que permitan no sólo la curación sino también la sanación de ambos participantes del encuentro.

Existe actualmente perfiles de competencias profesionales en cuidados espirituales en salud que orientan el camino a seguir, tanto a nivel profesional en general11 como específicamente para médicos de familia.12 Esperamos que nuestra región incorpore y fortalezca estas competencias en sus respectivos currículos, tal como ya está sucediendo en varias residencias de medicina familiar en Estados Unidos.13

En Chile, el Ministerio de Salud ha definido el concepto de integralidad incorporando las variables espiritual y cultural, lo cual queda reflejado en el siguiente párrafo: “La integralidad […] implica que la cartera de servicios disponibles debe ser suficiente para responder a las necesidades de salud de la población desde una aproximación biopsicosocial-espiritual y cultural del ser humano. Considera el sistema de creencias y significados que las personas le dan a los problemas de salud…”14 A pesar de lo anterior, en nuestro país es escaso el debate explícito, la práctica de cuidados espirituales es intuitiva, y el desarrollo de políticas de salud con incorporación de la dimensión espiritual es aún incipiente, reflejado en la noción de Asistencia Espiritual dentro de la Ley de Derechos y Deberes de pacientes (Ley 20.584)

Estructura y Función del Grupo de Trabajo
El grupo se plantea como propósito desarrollar los cuidados espirituales en salud en los ámbitos académico, profesional, comunitario e institucional.

Estrategias y Ámbitos de Acción 

  • Difusión de los cuidados espirituales en salud
  • Capacitación en cuidados espirituales en salud: cursos, jornadas, participación en congreso SOCHIMEF, incorporación en mallas curriculares de pre y posgrado
  • Articulación de redes: profesionales, comunitarias, institucionales, intersectoriales (nacionales e internacionales; pertenecemos a red Iberoamericana CIMF de “Espiritualidad y Salud” )
  • Abogacía para la inclusión de los cuidados espirituales en políticas de salud nacionales
  • Investigación en cuidados espirituales en salud: asesoría y vinculación

Dentro de las muchas maneras en que se describe los cuidados espirituales en salud, aquéllas que nuestro grupo de trabajo pretende abarcar son:

  • Autocuidado espiritual
  • Screening de distrés espiritual
  • Cuidados espirituales básicos: espiritualidad desde el modelo clínico centrado en la persona, habilidades de acompañamiento espiritual (presencia, comunicación, empatía, compasión, conexión, apoyo)
  • Cuidados espirituales avanzados: coping o estilos de afrontamiento religioso, medicinas integrativas-alternativas-complementarias, medicinas ancestrales y populares, intervenciones psicoterapéuticas)
  • Dimensión espiritual en el trabajo con familias y comunidades
  • Dimensión espiritual en el trabajo de gestión, docencia e investigación

Avances
Desde sus inicios en junio de 2016 a la fecha el Grupo de Trabajo ha logrado concretar las siguientes acciones:

  • Videoconferencias mensuales con revisión de temas de interés (cuidados paliativos, medicina integrativa, acompañamiento espiritual domiciliario, artículos científicos, experiencias locales)
  • Cursos de Cuidados Espirituales Básicos en la Práctica Clínica en Santiago (2017 y 2018) y Rancagua (2018)
  • Seminarios y talleres en Congresos de Medicina Familiar SOCHIMEF (2016 y 2017)
  • Participación en Orientaciones Técnicas del Programa Nacional Ministerial de Dependientes Severos con sección de Cuidados Espirituales en Salud (2017)
  • Participación en Orientaciones Técnicas de Plan Nacional Ministerial Piloto de Demencia con sección de Cuidados Espirituales en Salud (2018)
  • Participación en Actualización de norma Técnica GES de Alivio del Dolor y Cuidados Paliativos con sección de Cuidados Espirituales en Salud (2017-2018)
  • Declaración Pública sobre importancia de la APS integral y acompañamiento espiritual en junio de (a propósito de cuenta pública presidencial de mayo de 2018)
  • Participación en Grupo de Trabajo “Espiritualidad y Salud” a nivel de la Confederación Iberoamericana de Medicina Familiar (CIMF)

 Próximas Acciones  

  • Capacitación:
    • Mantener Curso Espiritualidad en la Práctica Clínica en diferentes ciudades de Chile (2019)
    • Mantener revisión de temas mensualmente en reuniones virtuales
    • Articular participación en Congreso SOCHIMEF 2019 y eventualmente en congresos CIMF
  • Investigación:
    • Investigación tendiente a construir el concepto de espiritualidad y acompañamiento espiritual desde la perspectiva de equipos de salud de APS en Chile
    • Participación en investigación tendiente a levantar diagnóstico regional (región CIMF) sobre aplicación actual de cuidados espirituales en salud
  • Difusión:
    • Alianza con otras redes para difundir actividades del grupo y otras afines (SOCHIMEF, Waynakay, CIMF)
    • Generar cuentas propias de diversas redes (mail, Tweeter, Facebook…)
    • Construir contenidos virtuales en blog
  • Abogacía:
    • Participar de contenidos ministeriales sobre Espiritualidad y MAIS
    • Articular trabajo tendiente a construir perfil de competencias profesionales en cuidados espirituales para el médicos de familia, médicos general y profesionales de la salud
    • Articular a referentes universitarios en cuidados espirituales en salud

Funcionamiento del Grupo de Trabajo
El comité sesiona una vez al mes, en horario de semana día viernes de 20:00 a 21:30hrs. en modo virtual a través de video-conversación (programa Zoom). Para ser miembro del comité se requiere estar inscrito como socioactivo en SOCHIMEF, de lo contrario es posible participar como miembro colaborador, lo cual incluye participación de profesionales y terapeutas de diversas disciplinas.

Actitudes esperadas

  • Respetar tiempos
  • Debate respetuoso y tolerante en la divergencia
  • Actitud de curiosidad y aprendizaje permanente
  • Énfasis en la integración y diálogo entre espiritualidad, religión, ciencia y humanismo

Integrantes del Comité (actualizado a agosto de 2018) 

  1. Sebastián Fuentes, Médico de Familia, docente U de Valparaíso [coordinador]
  2. Alfredo Rodríguez, Médico de Familia, docente P Universidad Católica
  3. Sandra Martínez, Médico de Familia, Servicio de Salud Ñuble
  4. Andrea Didier, Médico de Familia, docente U de Valparaíso, SS Valparaíso-San Antonio
  5. Julio Montero, Médico de Familia, docente U de Concepción
  6. Mónica Nivelo, Médico de Familia, docente U de Chile
  7. Carolina Reyes, Médico de Familia, coordinadora Programa de Medicina Familiar, U de Valparaíso
  8. Patricia Vargas, Médico de Familia, ex Presidenta de la Sociedad Chilena de Medicina Familiar, docente Universidad Diego Portales
  9. Carolina Jara, Médico de Familia, docente U de Chile
  10. Victoria Henríquez, Médico de Familia, docente U de la Frontera
  11. Alfonsina Jerez, residente Medicina Familiar, U de Concepción
  12. Yasna Fernández, Médico de Familia, Servicio de Salud Viña-Quillota
  13. Gisela Gonzalez, Médico de Familia
  14. Nicolás Mora, Médico de Familia, Magíster de Salud Pública, APS
  15. Patricio Donaire, candidato a Médico de Familia, U de Valparaíso
  16. Rossana Betancur, residente Medicina Familiar, U de La Frontera
  17. Paula Bulnes, Médico de Familia Adultos, Santiago
  18. María José Puga, Médico de Familia, Valdivia
  19. Claudio León, residente Medicina Familiar, U de Valparaíso
  20. Alfredo Pacheco, Médico de Familia, Hospital de Angol
  21. Diana Cáceres, residente Medicina Familiar, U de Concepción
  22. Alejandra Serrano, residente Medicina Familiar, U de Concepción
  23. María Francisca Bahamondez, residente Medicina Familiar, U de Concepción
  24. María Ruth Valencia, candidata a Médico Familiar, U de Valparaíso
  25. Carolina Sepúlveda, Médico de Familia, Valparaíso

Integrantes Colaboradores: 

  1. Mary Luz Bozo, ingeniero, directora CESFAM Santa Cruz
  2. Patricia Pérez Wilson, psicóloga, docente U de Concepción
  3. Judith Valenzuela, Asistente Social, Viña del Mar
  4. Verónica García-Jove, psicóloga, Viña del Mar
  5. Laura Escobar, Enfermera, APS, Cuidados Paliativos, La Serena
  6. Laura Moreira, residente Medicina Familiar, CESFAM Los Angeles, U de Concepción
  7. Graciela Fuentes, Terapeuta de Reiki, Unidad de Cuidados Paliativos Hospital Fricke de Viña del Mar
  8. LjubicaKoscina, psicóloga, CESFAM La Serena
  9. Cristian Burgos, Médico
  10. Voluntariado Redes de Esperanza de Valdivia

Enlaces recomendados
Modelo BMSEST de valoración espiritual multicultural – Medicina Familiar
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2532766/

Herramienta HOPE de Valoración Espiritual en Clínica – Medicina Familiar
http://www.aafp.org/afp/2001/0101/p81.html

Artículo introductorio sobre Espiritualidad y Salud – Psiquiatría
http://servicio.bc.uc.edu.ve/cdch/saberes/a1n1/art5.pdf

Religión, Espiritualidad y Salud: Evidencia, investigación e implicancias clínicas – Psiquiatría
http://www.hindawi.com/journals/isrn/2012/278730/

Espiritualidad, Salud Mental y Trabajo Comunitario – Psiquiatría
http://revistagpu.cl/2011/GPU_junio_2011_PDF/SM_Impacto_de_la_espiritualidad.pdf

 Salud y Espiritualidad – Salud Pública
https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2646460

Competencias Profesionales en Cuidados Espirituales en Salud
http://pdfs.journals.lww.com/academicmedicine/2014/01000/Spirituality_and_Health___The_Development_of_a.9.pdf

Referencias

  1. Engel G. The Need for a new Medical Model: A Challenge for Biomedicine. Science, New Series, Vol. 196, No. 4286 (Apr. 8, 1977), pp. 129-136
  2. Josef Estermann “Filosofía andina. Sabiduría indígena para un nuevo mundo”. Colección: “Teología y Filosofía Andinas”1, Editor Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología (ISEAT). Segunda edición 2006
  3. Anandarajah G.The 3 H and BMSEST Models for Spirituality in Multicultural Whole-Person Medicine, Annals of Family Medicine. (6)5:448-458
  4. Sulmasy D. A Biopsychosocial-Spiritual Model for the Care of Patients at the End of Life. TheGerontologist. 2002(42);3:24-33
  5. Camargo J et cols. Approaching Spirituality Using the Patient-Centered Clinical Method. J Relig Health. 2018. https://doi.org/10.1007/s10943-017-0534-6
  6. Fuentes S. Hacia una Epistemología Integral de la Medicina Familiar: Inflamación y Evolución. RevChilMed Fam. 2017; 12(1)
  7. Puchalski C, Ferrell B, Virani R, Otis-Green S, Baird P, Bull J, Chochinov H, et cols. Improving the Quality of Spiritual Care as a Dimension of Palliative Care: The Report of the Consensus Conference. Journal of Palliative Care Medicine 2009;(12)10:3
  8. Anandarajah G., Hight E. Spirituality and Medical Practice: Using the HOPE Questions as a Practical Tool for Spiritual Assessment.Am FamPhysician. 2001 Jan1; 63(1):81-89
  9. Koenig H. Religion, Spirituality, and Health: The Research and Clinical Implications. ISRN Psychiatry 2012: 2
  10. Tanyi RA. How family practice physicians, nurse practitioners, and physician assistants incorporate spiritual care in practice. Journal of the American Academy of Nurse Practitioners 21 (2009) 690–697
  11. Puchalski C. Blatt B. Kogan M. Butler A. Spirituality and Health: The Development of a Field. AcadMed. 2014;89:10–16
  12. Anandarajah G, Long R, Smith M. Integrating Spirituality into the Family Medicine Residency Curriculum. ACADEMIC MEDICINE, 2001.76;5(519-520)
  13. King D., Crisp J, Spirituality and Health Care Education in Family Medicine Residency Programs, Fam Med 2005;37(6):399-403
  14. Ministerio de Salud de Chile. Orientaciones para la Implementación del Modelo de Atención Integral de Salud Familiar y Comunitaria. 2013. p.13, [Internet] Disponible en: web.minsal.cl/portal/url/item/e7b24eef3e5cb5d1e0400101650128e9.pdf., última entrada 28 mayo 2016